El libro más divertido que has leído en mucho tiempo. Romántica fuera de clichés, moderna, fresca, irónica...
A Miles acaba de abandonarlo su prometida y también su fe en el amor. Malvive en Nueva York, entre el sofá de un amigo y la cafetería desde la que trabaja con su portátil. Zoey acaba de aterrizar en la Gran Manzana: su excéntrica jefa le ha prohibido volver a Los Ángeles hasta que aprenda a disfrutar un poco de la vida.
Pero ella es incapazde aventurarse más allá de la cafetería que hay delante de su minúsculo apartamento. Lo único que Miles y Zoey comparten es una batalla diaria por los biscottes rancios y la mejor mesa del Café Crudité, donde coinciden a diario. ¡Ah! Y que ambos trabajan como ghostwriters para dos servicios de citas por internet rivales, pero de eso, ellos no tienen ni idea.