Sobre el autor/a
Lea Tobery es un pseudónimo. Detrás de este nombre con el que se firma «Vapor», estoy yo: Pere Tobaruela. Después de una larga trayectoria en diversos géneros (cómic, ensayo, biografías, entrevistas, novela para público adulto, infantil y juvenil), he querido experimentar publicando con la «personalidad» de una mujer. Y es una experiencia muy agradable porque, ya en el proceso de creación, he intentado ver el mundo desde el lado femenino, cosa que me ha enriquecido mucho personalmente y creo que también le da un toque de distinción a la novela.
Pero para ser sincero, en realidad, yo siempre he pensado que en una novela lo de menos es el autor: lo principal es lo que se cuenta y cómo se cuenta. Es cierto que, por regla general, los lectores tienen sus autores predilectos. Yo en ese sentido puedo decir que tengo lectores a los que les gusta Pere Tobaruela y también lectores a los que les gusta Lea Tobery. En este sentido soy doblemente afortunado.
Ambientación y contexto
En «Vapor» hay un tratamiento especial tanto de la época como del lugar donde se desarrolla la acción. Empiezo por la época. La novela transcurre en la actualidad, pero… Pero como la protagonista confunde la realidad y la irrealidad, el lector se verá inmerso en una vorágine espacial muy peculiar. ¿Cuál es la frontera entre los sueños y la vida real? ¿Podemos asegurar que nuestras vivencias son reales?...
Ahora hablo del lugar. Bien, en «Vapor» me he esforzado por descontextualizar un sitio concreto. Me explico: la novela transcurre en ningún sitio y en todos los sitios a la vez. Recreo una ciudad y también otros escenarios en los que cualquier lector se puede sentir plenamente identificado. No me ciño a una ciudad o a un lugar en concreto.
Sus personajes principales
¿Qué os parece si para hablar de los personajes principales de «Vapor» les damos la palabra a ellos? Aquí están Helena y Nathan. Venga, chicos, presentaros…
—Hola, yo soy Helena. ¿Qué os puedo decir de mí? Pues que estoy hecha un lío. Sufrí un accidente y desde entonces no soy la misma… El título de la novela y la imagen anterior define mi estado anímico. Soy vapor, cambio de estado, me difumino, soy inestable. Y os juro que lo intento, pero no sé que me pasa, de verdad.
—Helena no está sola. Yo estoy aquí para echarle un cable. Me llamo Nathan y somos novios. Ya sé que podría hacer más por ella, pero Helena tiene un carácter difícil. Estoy enamorado hasta la médula de ella y voy hacer lo posible para que salga del pozo donde se encuentra. Lo que sea.
Secundarios a destacar
—Bien, bien, bien. Helena puede superar sus problemas ella sola. Lo que pasa es que primero tiene que reconocer que los tiene. Enfrentarse a sus miedos directamente. Mirarlos a los ojos… Soy el señor Rutherford, un viejo librero. Me encanta Helena, desde que apareció por mi librería supe que compartiríamos muchas cosas, incluso nuestros secretos más inconfesables.
—Ja, ja… Mira que le he dicho veces a Helena que me presente al señor Rutherford y nada. Se lo guarda para ella sola. Me cachis… Soy Hanna, la amiga insufrible de Helena. Vivimos juntas en un apartamento y nos toca soportarnos mutuamente.
Anécdotas que contar
Del proceso de creación de «Vapor» yo destacaría que ha sido una novela elaborada a la vieja usanza: mano a mano con el editor, en este caso editora, mi querida Irene Penas. Yo redacté el primer original y ella lo leyó y me hizo las sugerencias.
Una vez discutidas e introducidas, un grupo de lectores leyó la novela y aportó su opinión. Fue un proceso creativo laborioso, constructivo y también divertido, y creo que ha merecido la pena, porque, por decirlo de alguna manera, la novela creció.
Alicientes para su lectura
En «Vapor» los lectores podrán encontrar muchos ingredientes: amor, superación, amistad, misterio, reflexión, referencias literarias, pasión, poesía… Pero creo que lo más importante, lo que yo destacaría de la novela, es mi esfuerzo por escribir de manera directa, con un vocabulario sencillo pero no banal, con la intención de llegar al corazón del lector, para que se olvide de todo lo que le rodea y disfrute de la obra.
Para mí, básicamente, la literatura tiene que tener ese poder hipnótico. Y eso es lo que he perseguido yo: atraer, cual poderoso imán. Seguramente, partiendo de la premisa que cada lector es un mundo, seguro que cada quien encontrará o se sentirá identificado con uno de los ingredientes que he señalado. En todo caso, conocer al personaje principal, Helena, pienso que será una experiencia enriquecedora: la mirada especial que ella tiene de la realidad pueda aportar otra visión de las cosas.
Un pequeño aperitivo
Sin duda un pequeño y a la vez gran aperitivo de «Vapor» son sus líneas de arranque:
Desde el accidente, su presente y su futuro estaban estrechamente vinculados a un secreto.
Ella y su secreto eran uno. Eran inseparables.
Había pasado ya un largo año. Y Helena estaba harta. Por mucho que lo intentaba, no podía encontrar una luz que la guiase entre las penumbras que teñían su vida.
En la puerta de aquel restaurante, no pudo reprimir las lágrimas. Nathan le dijo adiós y se marchó. Ella se había quedado clavada en la silla y tardó en reaccionar unos segundos.
—Espera —musitó mientras se levantaba como impulsada por un resorte.
Fue corriendo hasta la salida del local. Sus lágrimas eran de impotencia y de rabia contenida. Nathan se alejaba calle arriba sin volverse. Ella se quedó mirándolo, como si quisiese que tropezase para correr en su ayuda, para sentirlo cerca, para decirle que lo que más ansiaba en aquel momento era gritar que lo amaba. Finalmente, Nathan dobló la esquina y desapareció. Entonces Helena se secó las mejillas con el dorso de la mano.
Para completar estas primeras líneas, aquí os dejo el link para poder leer el primer capítulo:
https://www.dropbox.com/s/7u2u6dzzq86jnsa/Vapor.pdf?n=35622769