—Lo que sea necesario. —Se puso en pie y se recolocó la levita—. Si Falconwell trae aparejada una esposa, pues que así sea.
Ojiplática. Así me quedé. «¡Qué lástima de su futura esposa!», fue lo primero que se me vino a la mente. Aún no conocía a la susodicha pero por principio ya tenía todas mis simpatías. Aunque lo cierto es que también comprendía «hasta cierto punto» la actitud del protagonista. Y es que ser traicionado por tu hombre de confianza, quedarte sin nada de la noche a la mañana a los 21 años —también por su mala cabeza, todo hay que decirlo, pero ¡ay! que ingenua es la juventud que cree que todo lo puede— no es algo que se pueda superar fácilmente.
Hace nueve años nuestro protagonista, el marqués de Bourne, lo perdió todo en una partida de cartas a manos del que había sido su protector hasta ese momento y padre de su mejor amigo Tommy. La frialdad del hombre para conducirle hasta el abismo haciéndole caer y arrebatándole su patrimonio le tomo completamente por sorpresa. No tuvo ninguna piedad con él. La sensación de traición le abrasaba por dentro y juró que se vengaría. Aunque iba a tener que esperar nueve años para recuperar lo que legítimamente fue suyo.
Bourne era ahora el dueño —junto a sus amigos Cross, Temple y Chase— de El ángel caído, la mayor casa de juego de la ciudad. Había recuperado con creces lo que había perdido, pero aún le quedaba por recuperar Falconwell. La casa de sus padres. El lugar donde había crecido. Lamentablemente las carambolas del destino habían hecho que su propiedad recayera en las manos de lady Penelope Marbury como parte de su dote para casarse. Pero esto no le iba a impedir que recuperara lo que le arrebataron. Era lo más cerca que había estado nunca de conseguirlo, y nada ni nadie se iba a interponer en su camino.
Como digo, pobre Penelope, la que se le venía encima. Pero vamos, ¡qué el panorama en su casa tampoco era para tirar cohetes! «A caballo regalado no se le mira el diente», no cesaba de repetir la madre de Penelope con la intención de que aceptara a alguno de los pretendientes que hasta entonces le habían propuesto matrimonio. Incluyendo a Tommy, uno de sus amigos más cercanos. Qué mujer más cansina, empeñada en que Penelope se casase de una vez por todas. Pero ella soñaba con una proposición bien distinta, aunque sabía no iba a ocurrir. Resignaba estaba a aceptar la propuesta de Tommy, cuando la irrupción de nuevo en su vida de Michael, el que fuera su mejor amigo de la infancia, alteró toda su existencia…
—Voy a corromperte —prometió él a su piel al tiempo que bajaba la mano a la curva de su vientre—. Voy a llevarte a la oscuridad, a hacer que olvides el bien y abraces el mal. Voy a arruinarte.
Yo calificaría esta historia de amor como la que pudo haber sido y no fue si las circunstancias no hubieran sido adversas. Penelope, Michael y Tommy, tres amigos que se vieron separados por la actuación de un hombre, lord Langford, a quien le cegó la codicia y el derecho sobre lo que creía suyo, a pesar de saber qué legítimamente le correspondía a otro. Michael lo perdió todo y se convirtió en un hombre cínico y frío. Penelope perdió a su mejor amigo y jamás llego a casarse esperando ese gran amor que nunca llegó. Y Tommy, él continuó bajo el yugo de su padre y se convirtió en el mejor amigo de Penelope aún a sabiendas de que estaba ocupando el lugar de otro.
El hilo argumental de esta historia es la venganza que Bourne desea llevar a cabo; conoceremos sus motivaciones, sus sentimientos, sus anhelos y frustraciones por lo que fue su vida a raíz de ese suceso. No obstante, para mí el personaje clave es Penelope, que dejara de ser la virtuosa solterona que todos compadecen para convertirse en una mujer dispuesta a todo para impedir que su marido dé el último paso que lo conducirá a la perdición de su alma, incluso si eso significa perderse ella misma.
Cuando Penelope después de tantos años se reencuentra con Michael prácticamente se tira en sus brazos de la alegría de verle, pero él ya no es Michael, su amigo de juegos y con quien compartía confidencias, sino Bourne, un granuja consumado que sólo pretende una cosa, casarse con ella para obtener una propiedad. ¡A la fuerza! Vale, no tan a la fuerza. Pero sí a como diera lugar. En una situación así Penelope solo piensa en la desgracia que su deshonra traería a la familia y cómo afectaría esto a sus hermanas. Así que solo le queda jugar una última baza: negociar.
Si él consiente en ayudar a sus hermanas para que celebren un buen matrimonio, Penelope no pondrá ningún impedimento para casarse y le ayudará a volver a la sociedad. No obstante, su esperanza última es volver a encontrar a su amigo debajo de ese áspero exterior y convencerlo de que no lleve a cabo la venganza que tiene planeada y desvele el secreto que destruiría a Tommy y a Langford, aunque no es que éste último le importe mucho. Pero no desea que Michael se arrepienta el resto de su vida por esta acción, como está segura de que ocurriría.
Lo cierto es que aunque Bourne no quiere reconocerlo, Penelope le devuelve a una época en la que fue totalmente feliz. Sabedor de que Penelope se merece un hombre mejor intenta alejarse de su lado, pero ella no está dispuesta a que su marido la ignore. Los celos que Bourne siente cuando la visualiza en brazos de otro hombre le hacen recapacitar y pensar que quizás debería darle una oportunidad a su matrimonio, porque también echa de menos a su amiga. Pero Penelope le pone un precio: dejar aparcada su venganza durante una semana. Una semana de plazo para convencerlo de que un futuro entre ambos es posible, una semana para que el amor conquiste a la venganza…
¿Piensas que me casé contigo a pesar de que no eras perfecto? ¡Me casé contigo porque no lo eras, idiota! Me encantan tus gloriosas, insoportables e irritantes imperfecciones.
«Un canalla siempre es un canalla» es una completa paradoja. El romance entre Michael y Penelope es conmovedor y divertido, y está lleno de momentos y frases para recordar. Tanto que me han hecho soltar más de una lagrimita incluso escribiendo esta reseña. Una de las cosas que me han parecido más especiales han sido las cartas que ellos intercambiaban siendo niños y que se expanden a lo largo del tiempo. A medida que vamos avanzado en su historia como adultos nos retrotraemos al pasado con notas que te encogen el corazón, hasta llegar a la última carta que pone broche final a esta hermosa historia de amor.
En las horas más oscuras de mi existencia, en las noches más frías, cuando sentía que lo había perdido todo, todavía me quedaban tus cartas. Y a través de ellas seguía teniéndote conmigo…
Después de todo, parece que no es totalmente cierto eso de que…
«Un canalla siempre es un canalla».
Sobre todo, si es capaz de cumplir el sueño de su amada con un pudín navideño de higos ;)
Comentarios (48)
Ana María García Rodríguez
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cristal21
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Olaya P.
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Karen Weys
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Olaya P.
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Olaya P.
Su serie anterior es la trilogía Love by Numbers publicada por Versátil. Una serie muy recomendable, fresca, divertida y original.
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Ana María García Rodríguez
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Olaya P.
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Esperanza Garcia Vergara
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cristal21
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Olaya P.
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Ana María García Rodríguez
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Karen Weys
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NuriaBP
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Olaya P.
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Ana María García Rodríguez
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cristal21
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cristal21
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Olaya P.
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Ana María García Rodríguez
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Olaya P.
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Karen Weys
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Olaya P.
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Esperanza Garcia Vergara
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cristal21
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Olaya P.
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Olaya P.
Las parejas cuya historia se remonta al pasado, concretamente a la niñez, me gustan mucho. Y tiene otra de mis debilidades: los personajes como Bourne, hombres duros pero sensibles y buenos.
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Ana María García Rodríguez
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Olaya P.
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Olaya P.
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marian2007
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Olaya P.
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marian2007
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Olaya P.
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Olaya P.
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Karen Weys
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marian2007
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Olaya P.
En cuanto a Penélope, es perfecta para él. Hacen una pareja estupenda y sus escenas han sido preciosas.
Solo queda rezar para que podamos leer pronto el siguiente libro.
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NuriaBP
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Olaya P.
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Olaya P.
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Olaya P.
Sí, este libro es de histórica, vamos, solo hay que ver la portada. En serio, ¿dónde tengo la cabeza!
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Ana María García Rodríguez
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Olaya P.
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Ana María García Rodríguez
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Ana María García Rodríguez
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Olaya P.
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cristal21
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